La insolvencia es la situación en la que se encuentra una persona cuando no tiene capacidad suficiente para hacer frente a sus deudas.
Se produce básicamente cuando uno debe más de lo que tiene y no puede cumplir sus obligaciones de pagos.
No es lo mismo insolvencia que falta de liquidez. La insolvencia es una situación permanente y supone que no hay capacidad de pago por carecer de patrimonio suficiente y no ser capaz de generar recursos para afrontar las deudas.
La falta de liquidez es una situación transitoria. En un momento determinado existe incapacidad de pago, pero se cuenta con patrimonio o recursos para solucionarlo a corto plazo.
La insolvencia no es irreversible. Es decir; se puede salir de esa situación. Solo significa que no existe capacidad financiera en un futuro cercano.
Para salir de la situación de insolvencia se puede acudir a mecanismos de refinanciación de deudas (nuevos plazos más espaciados en el tiempo), quitas (el acreedor perdona una parte de lo que se le debe) y otros por el estilo.
La insolvencia puede afectar a una sociedad, un autónomo o incluso una persona física.
La Ley establece el procedimiento concursal para afrontar estas situaciones y poner los medios necesarios para encontrar una solución.
Eva Fernández
Periodista con más de 10 años de experiencia en marketing digital y, en especial, en la generación de contenidos para marcas de diferentes sectores. De la mano de Anfix y con mi propia experiencia emprendiendo como freelance, he aprendido mucho en los últimos años sobre gestión del negocio, finanzas y productividad.